Paola Jauffred Gorostiza
Toña, una gata negra de pelo largo, con ojos de un verde brillante, toma el sol en cuclillas frente a la ventana. Tiene los párpados entrecerrados y sólo gira las orejas hacia atrás cuando escucha mis pasos entrando en el estudio.
YO: Ya mero nos vamos a ir al veterinario, en media hora.
TOÑA (calmadamente): Aquí no está el veterinario.
YO: No… por eso…. vamos a ir a donde está.
TOÑA: Explícate
YO: Si, nos vamos a subir al coche y vamos a ir a donde está el veterinario.
TOÑA: Aquí no está el coche.
YO: No, vamos a ir a donde está el coche y nos vamos a subir en él.
TOÑA (estirándose): Yo no estoy yendo a ninguna parte.
YO: No, lo vamos a hacer en el futuro.
TOÑA: ¿Qué quieres decir?
YO: En el futuro, después de que estemos aquí vamos a estar allá.
TOÑA: ¿después?
YO: Después… en el tiempo.
TOÑA: ¿Dónde está el tiempo, no lo veo?
YO: Ya discutimos lo del tiempo Toña, no pienso volver a meterme en ese asunto.
TOÑA: ¿No quieres decírmelo?
YO: Ya te lo dije.
TOÑA: No me lo estás diciendo.
YO: Ya te lo dije antes.
TOÑA: ¿Antes?
YO: Si, en el pasado.
TOÑA: ¿Cómo?
YO: Olvídalo, yo te aviso cuando nos vayamos a ir.
TOÑA:…
YO: Olvídalo!, quédate acostada en el sol, olvídalo.
TOÑA: (desconcertada)¿Olvidar?
miércoles, 28 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario